Sofá Cama: Claves para elegirlo

Tener un sofá cama siempre es una buena idea.

En casas pequeñas es un dos en uno perfecto. Individuales, de dos y hasta de tres plazas, de apertura fácil, pequeños, baratos… A continuación te presentamos todas las opciones y todas las respuestas.

¿DÓNDE PONDRÁS TU SOFÁ CAMA?

Esto es importante porque no es lo mismo si se abre deslizándose hacia adelante o si hay que ir tras él para accionarlo desde el respaldo. En este último caso, deberás dejar espacio detrás para no tener que moverlo cada vez que quieras abrirlo. Los sofás cama en L son ideales para estancias amplias y, abiertos, tienen un tamaño desde 170 x 90 cm.

COLÓCALO PARA QUE SEA CÓMODO PASAR

Si el espacio que ocupará el sofá es importante, también lo es el que haya alrededor. Lo ideal es dejar 60 cm libres para moverse cómodamente por ambos lados. Esto implica que no conviene colocar auxiliares que debas retirar cada vez para dejar espacio, y pensar en un hueco donde dejar cojines, asientos o respaldos (en caso de que sea necesario) sin que resulte incómodo moverse.

¿LO VAS A USAR A MENUDO?

Un sofá cama que vayas a utilizar frecuentemente debe procurarte un buen confort. Los que cuentan con el colchón escondido dentro del sofá tienen un menor desgaste de este, con lo que son más duraderos. Y otro dato a tener en cuenta es el grosor del colchón para uso continuo. Debe tener, al menos, 18 cm.

ELIGE UN SOFÁ CAMA DE TEJIDO RESISTENTE

Si tu sofá cama es de los que debes dormir sobre los cojines y el respaldo, la tela es clave porque va a sufrir un desgaste que no se le da solo sentándose. Debe ser confortable pero también resistente. Fíjate en los ciclos Martindale del tejido: cuantos más ciclos, más resistente será. Un consejo: que estén por encima de los 30.000.

En este sentido es una muy buena opción un sofá de loneta, es duradero y económico. La loneta es una buena opción en cuanto al tapizado del sofá, porque es un tipo de tela que aguanta bien el desgaste, no se arruga y la relación calidad-precio es muy buena. Sobre todo es una buena idea para casas con niños pequeños. Y si son telas desenfundables y con tratamiento antimanchas, mucho mejor en estos casos.

CON PATAS FUERTES: UN DETALLE VITAL

Si tu sofá cama tiene patas, debes asegurarte de que son fuertes y resistentes. Las que se atornillan no son las más convenientes. Son más aconsejables unas patas sujetas a un buen armazón de acero o bien de madera maciza.

 

TIPOS DE DESPLEGADO:

¿UN DESPLEGADO FÁCIL? EL SISTEMA CLIC-CLAC

O de apertura a presión o tipo libro. Solo hay que empujar el respaldo del sofá cama hacia atrás hasta que este y los asientos queden completamente planos. Es rápido y fácil de montar, eso sí, deberás tener más en cuenta el tipo de colchoneta y su grosor, el desgaste de la tela y que pueda limpiarse bien porque se rozará más.

EL MÁS CÓMODO: CON APERTURA ITALIANA

Es el sistema de sofá cama desplegable que mejores prestaciones ofrece. Aloja el colchón dentro y se abre sin necesidad de retirar ni asientos ni respaldo. Además, permite tener la cama hecha, lista para usar, y que el colchón sea de una mejor calidad que los que suelen ir con los sistemas desplegables.

DESPLEGABLE Y CONVERTIBLE

A parte de los desplegables con sistema de apertura italiano, puedes encontrar los sofás desplegables convertibles. Respecto al sistema italiano, son más económicos pero pierden comodidad porque te obligan a retirar los asientos y los respaldos.

DE APERTURA DESLIZANTE O CAMA NIDO

Otro de los sofás cama con un sistema de apertura más cómodo. Gracias a unas pequeñas ruedecillas bajo la cama, tan solo tirando de unos cogedores, podrás sacar la cama nido sin demasiado esfuerzo. Y otra ventaja: puedes dejar hecha la cama para un uso inmediato.

En resumen: Entre las opciones de sofá cama, los sistemas desplegables son de los más demandados, sobre todo los llamados de apertura italiana, de los que ya te hemos hablado. ¿Por qué? Su facilidad de uso es la principal razón. No hay que liarse a quitar asientos y cojines para utilizarlos de inmediato. Pero, a la vez, hay un plus muy importante: al no dormir sobre los asientos ni sobre los respaldos, estos se desgastan mucho menos y el sofá dura en mejores condiciones por más tiempo.

A parte de todo lo que ya te hemos contado, hay un punto muy importante a tener en cuenta: el interior. ¿A qué nos referimos? Una buena base es clave para que la espalda no sufra.

Si vas a usar el sofá cama puntualmente y no es un sofá cama con colchón, procura que la espuma interior de los cojines y los almohadones sean de alta densidad (de más de 25 kg de densidad y lo más gruesa posible), así la espalda no notará el somier o la tabla. Y si tiene colchón interior, los de espuma HR son una buena solución; ten presente aquí también que cuanto mayor sea su densidad, más calidad y firmeza tendrá.
Los colchones de muelles ensacados también son muy cómodos y no sufren al doblarse. En cambio, hay que tener en cuenta que, si no está continuamente abierto, los colchones de viscoelástica o de látex no serían la mejor opción ya que necesitan transpirar y estar encerrados mucho tiempo (o doblados), no es lo que más les conviene. Y ahora que ya está todo más claro, ven a Cefer, escribenos o consulta nuestra sección de Tapicería y te asesoraremos para que encuentres el mejor sofá cama para ti.